martes, 7 de junio de 2011

Características de la pintura barroca europea

La pintura barroca europea, como la arquitectura, se divide en escuelas nacionales con características particulares, pero con rasgos comunes:
Primacía del color
Las formas son definidas por manchas de color y de luz, no por la línea ni por el dibujo.
Importancia del estudio y captación de la luz
Las formas dependen de la luz, sin ella se esfuman o desaparecen. En el Renacimiento, la función de la luz era que las formas se vieran plenamente; en cambio en el Barroco, los cuadros no se iluminan de manera uniforme. Cada pintor hará uso de esa luz según sus características.
Dominio de la tercera dimensión
Por medio de la perspectiva lineal, la cual se estaba desarrollando desde el Quattrocento, y sobre todo por el avance de la perspectiva aérea. Otras técnicas serán: utilización del escorzo (las figuras en primer término contrastan con la lejanía del horizonte), uso de primeros términos oscuros para que la luz que existe en zonas interiores parezca estar realmente más allá, y en especial, el dominio del difuminado, del claroscuro y de la mezcla en la paleta para captarlos tal y como los capta el ojo humano son importantes.
Composición abierta, asimétrica, movida y atectónica
Sobre todo sobre la base de diagonales, escorzos y líneas en cruz-aspa. Los esquemas circulares, triangulares, piramidales, serenos y equilibrados del Renacimiento desaparecen.
Tendencia al realismo
Que incluso muestra gusto por lo más crudo de la vida humana (vejez, deformidad, cadáveres en putrefacción). Aparece la naturaleza muerta como protagonista (platos con alimentos, bodegones, frutos) y también el paisaje se convierte en protagonista. En los países protestantes esta característica se manifiesta como interés por la realidad cotidiana, mientras que en los católicos (la Contrarreforma), supone interpretar en tono popular y de la vida diaria los temas religiosos; se busca acercar la religión a la sensibilidad popular, de manera que la gente del pueblo se pueda reconocer.
Esta vertiente realista se alternará con otra, fastuosa, opulenta, teatral, representada por pintores como Rubens, y sobre todo por los “pintores decoradores”.
Autores:
Johannes Vermeer van Delft



Michelangelo Merisi da Caravaggio


Peter Paul Rubens 



Rembrandt Harmenszoon van Rijn



lunes, 6 de junio de 2011

Murillo


Bartolomé Esteban Murillo fue una de las figuras más importantes de la obra pictórica barroca de España. Nació el 31 de diciembre de 1617 en Sevilla y fue el hijo menor de una familia de catorce hermanos, siendo sus padres Gaspar Esteban -cirujano barbero- y María Pérez Murillo, de quien tomó el apellido artístico.
Cuando tenía 10 años sus padres murieron por lo que pasó al cuidado de una de sus hermanas mayores, Ana. Se formó en el taller de un respetado artista de su ciudad natal, Juan Castillo, en el que destacándose entre sus discípulos estuvo unos cinco años. En su intención de perfeccionar su pintura se fue a Madrid, donde fue copista de las grandes obras de los palacios reales de Madrid, Toledo y el Monasterio del Escorial.
Además, trabajó en el estudio de Velázquez, sin embargo, creyendo que estaba terminada su Formación  regresó finalmente a Sevilla, donde causó sensación, logrando con el tiempo consagrarse como pintor. Sus primeras obras están influidas por Zurbarán, Ribera, Alonso Cano, Rubens, Ticiano y Velázquez. Luego, evolucionó hacia una pintura suave de gusto burgués y aristocrático, como demuestran sus obras religiosas”.
En 1645 pintó trece lienzos para el claustro de San Francisco el Grande de Sevilla, que le dieron renombre. Asimismo, ese año se casó con Beatriz Cabrera, con la que tuvo nueve hijos.
Luego de hacer un par de cuadros para la Catedral de Sevilla, empezó a especializarse en las vírgenes con niño y las Inmaculadas, ambos temas que más fama le dieron. Aunque se destacó también en la creación “de tipos femeninos e infantiles”.
Entre 1658 y 1660 estuvo en Madrid, donde, en este último año, fundó junto a Herrera el Mozo laAcademia de Pintura.
Luego, recibió importantes encargos, como:
  • el retablo del Monasterio de San Agustín
  • los cuadros para Santa María la Blanca (terminados en 1665)
  • las pinturas para el retablo mayor
  • los altares de las capillas laterales de la Iglesia del Convento de Capuchinos de Sevilla, entre otros.
Poco antes de morir, al caerse de un andamio, se le encomendó la decoración de la iglesia del convento de los capuchinos de Cádiz, de la que sólo terminó los Desposorios de santa Catalina, ya que falleció mientras trabajaba en ella. Murió el 3 de abril de 1682.
Su obra se puede ver en:

Diego de Velazquez


( Sevilla , hacia el 5 de junio de 1599 – Madrid6 de agosto de 1660),
Diego Rodríguez de Silva y Velázquez, pintor barroco español, nació en Sevilla en 1599. A los once años inicia su aprendizaje en el taller de Francisco Pacheco donde permanecerá hasta 1617, cuando ya es pintor independiente. Al año siguiente, con 19 años, se casa con Juana Pacheco, hija de su maestro, hecho habitual en aquella época, con quien tendrá dos hijas. Entre 1617 y 1623 se desarrolla la etapa sevillana, caracterizada por el estilo tenebrista, influenciado por Caravaggio, destacando como obras El Aguador de Sevilla o La Adoración de los Magos. Durante estos primeros años obtiene bastante éxito con su pintura, lo que le permite adquirir dos casas destinadas a alquiler.
 En 1623 se traslada a Madrid donde obtiene el título de Pintor del Rey Felipe IV, gran amante de la pintura. A partir de ese momento, empieza su ascenso en la Corte española, realizando interesantes retratos del rey y su famoso cuadro Los Borrachos. Tras ponerse en contacto con Peter Paul Rubens, durante la estancia de éste en Madrid, en 1629 viaja a Italia, donde realizará su segundo aprendizaje al estudiar las obras de Tiziano, Tintoretto,Miguel Ángel, Rafael y Leonardo. En Italia pinta La Fragua de Vulcano y La Túnica de José, regresando a Madrid dos años después.
 La década de 1630 es de gran importancia para el pintor, que recibe interesantes encargos para el Palacio del Buen Retiro como Las Lanzas o los retratos ecuestres, y para la Torre de la Parada, como los retratos de caza. Su pintura se hace más colorista destacando sus excelentes retratos, el de Martínez Montañés o La Dama del Abanico, obras mitológicas como La Venus del Espejo o escenas religiosas como el Cristo Crucificado
Paralelamente a la carrera de pintor, Velázquez desarrollará una importante labor como cortesano, obteniendo varios cargos: Ayudante de Cámara y Aposentador Mayor de Palacio. Esta carrera cortesana le restará tiempo a su faceta de pintor, lo que motiva que su producción artística sea, desgraciadamente, más limitada.
 En 1649 hace su segundo viaje a Italia, donde demuestra sus excelentes cualidades pictóricas, triunfando ante el papa Inocencio X, al que hace un excelente retrato, y toda la Corte romana.
 Regresa en 1651 a Madrid con obras de arte compradas para Felipe IV. 
Estos últimos años de la vida del pintor estarán marcados por su obsesión de conseguir el hábito de la Orden de Santiago, que suponía el ennoblecimiento de su familia, por lo que pinta muy poco, destacando Las Hilanderas y Las Meninas. La famosa cruz que exhibe en este cuadro la obtendrá en 1659. Tras participar en la organización de la entrega de la infanta María Teresa de Austria al rey Luis XIV de Francia para que se unieran en matrimonio, Velázquez muere en Madrid el 6 de agosto de 1660, a la edad de 61 años.

Obra:
Posiblemente es el más grande pintor que ha vivido. Según los expertos produjo la mayor cantidad de obras maestras de la historia del arte. Su obra se muestra destacada en los más prestigiosos museos de todo el mundo.
 
Velázquez fue llamado "el pintor de la verdad" o "el pintor del aire".
Señorial y seguro de sí, desarrolló su arte según una curva evolutiva que se convirtió en una magnífica lección de pintura, y que va del realismo puro de su actividad primera, al aristocrático y elegante y, por último, al realismo profundo de su plena madurez. En esta exposición virtual, en que las obras se hallan ordenadas cronológicamente, puede seguirse la evolución de su obra.


El desayuno
Hacia 1618
Lienzo. 1,07 x 1,01
Museo del Ermitage, San Petersburgo.

San Juan Evangelista en la isla de Patmos
Hacia 1618
Lienzo. 1,35 x 1,02
National Gallery, Londres.

La adoración de los Reyes Magos
1619
Lienzo. 2,03 x 1,25
Museo del Prado, Madrid.

Cristo en casa de María y Marta
Hacia 1620
Lienzo. 0,60 x 1,03
National Gallery, Londres.

Felipe IV
Hacia 1626
Lienzo. 2,01 x 1,02
Museo del Prado, Madrid.

Los borrachos
Hacia 1629
Lienzo. 1,65 x 2,25
Museo del Prado, Madrid.

La fragua de Vulcano
1630
Lienzo. 2,23 x 2,90
Museo del Prado, Madrid.

Vistas del jardín de la Villa Médicis, en Roma
Hacia 1630 o 1650
Lienzo. 0,48 x 0,42<br> Lienzo. 0,44 x 0,38
Museo del Prado, Madrid.

Retrato de Felipe IV
Hacia 1631 - 1632
Lienzo. 1,95 x 1,10
National Gallery, Londres.

Cristo crucificado
Hacia 1632
Lienzo. 2,48 x 1,69
Museo del Prado, Madrid.

Pablo de Valladolid
1633
Lienzo. 2,09 x 1,23
Museo del Prado, Madrid.

San Antonio Abad y San Pablo, primer ermitaño
Hacia 1634 - 1635
Lienzo. 2,57 x 1,88
Museo del Prado, Madrid.

Don Gaspar de Guzmán, conde duque de Olivares
1634 - 1635
Lienzo. 3,13 x 2,39
Museo del Prado, Madrid.

La reina Margarita de Austria, esposa de Felipe III
1634 - 1635
Lienzo. 3,01 x 3,14
Museo del Prado, Madrid.

Las Lanzas o La Rendición de Breda
1634 - 1635
Lienzo. 3,07 x 3,67
Museo del Prado, Madrid.

Retrato ecuestre de Felipe IV de España [detalle]
1634 - 1635
Lienzo. 1,26 x 0,93
Museo del Prado, Madrid.

El príncipe Baltasar Carlos
1635 - 1636
Lienzo. 2,09 x 1,73
Museo del Prado, Madrid.

Cacería real del jabalí
1635 - 1640
Lienzo. 1,82 x 3,02
National Gallery, Londres.

Retrato del conde-duque de Olivares
1637 - 1638
Lienzo. 0,67 x 0,54
Museo del Ermitage, San Petersburgo.

El bufón Calabacillas
1637 - 1639
Lienzo. 1,06 x 0,83
Museo del Prado, Madrid.

Esopo
1639 - 1640
Lienzo. 1,79 x 0,94
Museo del Prado, Madrid.

Autorretrato
1643
Lienzo. 1,01 x 0,80
Galería de los Uffizi, Florencia.

El bufón D. Diego de Acedo, "El Primo"
Hacia 1645
Lienzo. 1,07 x 0,82
Museo del Prado, Madrid.

La Venus del espejo
Hacia 1649 - 1651
Lienzo. 1,22 x 1,77
National Gallery, Londres.

Retrato de la infanta Margarita
1653 - 1654
Lienzo. 0,70 x 0,59
Museo del Louvre, París.

Las Meninas 
1656
Lienzo. 3,18 x 2,76
Museo del Prado, Madrid.

Las hilanderas
Hacia 1657
Lienzo. 2,20 x 2,89
Museo del Prado, Madrid.

La infanta doña Margarita de Austria [detalle]
Hacia 1660
Lienzo. 2,12 x 1,47
Museo del Prado, Madrid.